Un balcón a la naturaleza
El complejo Tierras de Cebreros se encuentra enclavado en el Valle del Alberche. Sus líneas puras y elegantes se dibujan entre las estribaciones de la Sierra de Gredos y la amplitud de la llanura de sus viñedos propios. A este bello paraje se abren los inmensos ventanales de la edificación que encierra en su interior la bodega y un conjunto enoturístico, compuesto de restaurante, hotel y museo.
Un pequeño hotel de elegancia natural
Tierras de Cebreros es mucho más que una bodega. El complejo enoturístico alberga un coqueto hotel, donde el visitante puede culminar su experiencia descansando en plena naturaleza. Sus doce habitaciones miran al Valle del Alberche, un paisaje idílico que envuelve la cómoda tranquilidad de estas magníficas estancias.
Experiencia gastronómica
Con grandes cristaleras abiertas a los viñedos que lo rodean, los restaurantes de Tierras de Cebreros presentan una oferta gastronómica basada en los productos de cercanía. Su cocina, inspirada en el recetario tradicional, llega a la mesa con una puesta en escena contemporánea que sorprende al comensal. Huevos del Barraco, quesos de La Adrada y Candeleda o ternera negra avileña son sólo algunas de las delicias de la tierra que resultan irresistibles, armonizadas con nuestros vinos.
El rincón del arte
No nos hallamos sólo en un reducto de cultura enológica. Cada uno de los rincones de Tierras de Cebreros están impregnados de arte en sus distintos ámbitos. Cuadros y esculturas de autores abulenses y de otros varios de reconocimiento internacional invitan al visitante a la reflexión, la armonía y el sosiego. El paisaje de Ávila interpretado por Fernando Sánchez López, el “Rosal” de Florencio Galindo, el relieve de Francisco Farreras o el desnudo de Benjamín Palencia son sólo algunas de las piezas que se exhiben para el deleite de los congregados.
Bodega D.O.P. Cebreros
La bodega Tierras de Cebreros supone la conjunción perfecta de tradición y modernidad. Se encuentra rodeada de viñedos propios, muchos de ellos con cepas casi centenarias en vaso y otras tantas, hasta completar 40 hectáreas, de nueva plantación en espaldera. Un proyecto pionero y modélico integrado en el simpar valle abulense del Alberche.
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